Puesto que sus paisajes son tan hermosos por todo el país, el alojamiento en Andorra estará en un lugar ideal para relajarse. Si los visitantes han llegado hasta Andorra para esquiar, lo mejor es alojarse a pie de pista, para poder llegar rápidamente a las zonas habilitadas para este deporte. Las principales estaciones de esquí son Grandvalira y Vallnord. Para quienes tengan más interés por ir de compras, los mejores lugares para alojarse son Andorra La Vella o Escaldes-Engordany. Estas dos poblaciones hacen frontera en la llamada “calle de las tiendas”, cuyo nombre real es, respectivamente, Avinguda de Meritxell y Avinguda de Carlemany. Tanto la capital como la segunda ciudad más grande tienen un tamaño bastante reducido, con lo que se pueden recorrer fácilmente a pie. Para salvar los desniveles causados por el paisaje montañoso, ambas urbes cuentan con ascensores. La ventaja de alojarse en Escaldes-Engordany es que, además de tiendas, hay muchos baños termales. Siempre existe la opción de huir de los núcleos urbanos y alojarse en zonas más rurales, como Les Bons, Pal, Engolasters y Soldeu.