El pasado 23 de noviembre tuvo lugar la presentación de la Guía Michelín 2017 para España y Portugal: toda una biblia para los amantes de la cocina en todo el mundo. Con la misma expectación que puedan generar los Oscars se dió a conocer, sin sorpresas -la racanería con la que la guía trata a España es algo conocido en la escena culinaria mundial- lo más granado de la gastronomía española. En total son 15 los restaurantes españoles que se estrenan con su primera estrella. En el caso de Portugal, el número total de estrellas se ha duplicado con respecto al año pasado, con lo que en el país vecino están de enhorabuena. Destaca el Lasarte de Martín Berasategui, para el que deberíamos ir reservando ya un apartamento en San Sebastián, a poquísima distancia de la localidad de Lasarte-Oria, restaurante que pasa a formar parte del prestigioso club de los ‘triestrellados’.
Al margen de cualquier polémica, lo cierto es que el panorama gastronómico español sigue siendo una referencia creativa en todo el mundo y nuestro país, con o sin estrellas, goza de una reputación excelente a la hora de sentarse a la mesa.
Los establecimientos que han obtenido la máxima distinción han sido los mismos que ya lo venían siendo desde 2016: se trata de los “3 estrellas”, aquellos restaurantes que reciben reservas desde todas partes del mundo.
Los agraciados con el triple macarón (término con el que se conoce a estos galardones en la escena culinaria) son nueve restaurantes, detrás de los cuales se esconden grandes nombres como el del maestro Arzak o el de David Muñoz. Como no podía ser menos, el País Vasco aparece como región destacada dentro de este selecto club gastronómico.
Para celebrar la ocasión, en Wimdu también nos hemos puesto el delantal y hemos elaborado una microguía con lo indispensable para conocer las ciudades y regiones estrella de nuestra cocina, seleccionando aquellos destinos donde se sitúan los galardonados con 3 estrellas.
¡Buen viaje y que aproveche!
San Sebastián (Akelarre, Arzak)
La más sabrosa de nuestras ciudades -además de ser Capital Europea de la Cultura este 2016- se extiende a lo largo de una preciosa bahía en el Cantábrico, salpicada de elegantes edificios de estilo decimonónico. Sofisticada y amable, Donosti conoció un gran esplendor como ciudad balneario en el siglo XIX gracias a la reina regente María Cristina, impulsora del turismo de élite en la zona. Toda la ciudad es un homenaje a la buena mesa, como demuestran sus célebres pintxos.
La Guía Michelín ha concedido un año más la triple estrella a los restaurantes Akelarre y Arzak. Mención adicional merece otro restaurante dentro de la provincia de Guipúzcoa, concretamente en la localidad de Lasarte-Oria: el Martín Berasategui. Los artífices de estos templos gastronómicos son respectivamente Pedro Subijana, Juan Mari Arzak y Martín Berasategui, tres de los nombres más prestigiosos de la cocina, no sólo vasca sino internacional.
Cualquier época del año es buena para visitar San Sebastián, pero la primavera y el verano, con sus suaves y templadas temperaturas la hacen aún más apetecible. Aquí os dejamos el top 5 para saborear la maravillosa ciudad Donostiarra:
1. Pasear por la Playa de la Concha
Tres kilómetros de dorada arena y un paseo marítimo de estilo francés convierten a esta playa en la más elegante de nuestras costas. Se extiende desde el Monte Urgull hasta la Playa de Ondarreta y, cuando la temperatura lo permite, resulta un lugar muy refrescante para el baño. Continuando en dirección oeste llegamos al famoso Peine del Viento, la obra maestra del escultor Eduardo Chillida.
2. De pintxos por “lo viejo”
Más que respeto, en San Sebastián lo que se respira es amor por la cocina. Y no hablamos de un amor fugaz sino uno verdadero, apasionado y lleno de detalles. Las calles del casco viejo (“lo viejo”, como lo conocen los lugareños) están atestadas de pequeñas tabernas y bares en cuyas vitrinas se exhiben orgullosos esas pequeñas maravillas que son los pintxos, hermanos refinados de las tapas. Lo mejor para no perderse bocado es estar pendiente de ellos conforme los van sacando de cocina. Ya sea en Goiz-Argi, Zeruko o en el Borda Berri: descubre cuál es el tuyo y déjate seducir callejeando.
3. Subir en funicular al Monte Igueldo
En la falda del Monte Igueldo se puede tomar un precioso funicular de principios de siglo que nos llevará hasta la cumbre. Además de unas maravillosas vistas panorámicas de la Bahía de la Concha y de la ciudad, el visitante encontrará un pequeño pero precioso parque de atracciones que recuerda el glorioso pasado de la ciudad en tiempos de la “Belle Époque”.
4. Isla de Santa Clara
Esta pequeña isla encallada en mitad de la bahía de la Concha alberga un bonito faro y una pequeña playa. Se puede llegar hasta ella en barca motora desde el puerto antiguo de la ciudad. Las vistas de la cornisa marítima de la ciudad te dejarán con la boca abierta.
5. Palacio de Miramar
Este precioso palacio de estilo inglés situado directamente frente al mar data de finales del siglo XIX y cuenta en su jardín delantero con las que quizá sean las mejores vistas de toda la ciudad. El edificio cuenta con una serie de espectaculares salones que albergan diferentes actos: el Salón de Madera, el Comedor Real, la biblioteca y El Petit Salon. Cada año, durante la celebración del prestigioso Festival de Cine de San Sebastián, el Palacio de Miramar acoge algunas de las principales fiestas y celebraciones.
Bilbao (Arzumendi, en Larrabetzu)
Hubo un tiempo en que Bilbao, a causa de su pasado industrial, era considerada por algunos como una ciudad poco agraciada. Pero un día, quizás contagiada del llamado “efecto Guggenheim”, la ciudad se miró al espejo de su ría y descubrió que tenía mucho que ofrecer al visitante. Su maravilloso casco viejo es un entramado de callejas y plazas llenas de vida, tabernas, bares, restaurantes y coquetos edificios con balcones acristalados. El ensanche, en contraposición, ofrece amplias avenidas y edificios de elegantes fachadas que dan muestra de la riqueza que la industrialización dejó en esta ciudad.
El Museo Guggenheim parece ser el lugar de Bilbao que mayor magnetismo ejerce entre los turistas. De hecho, se trata de una de las construcciones más fotografiadas de la geografía española.
La Guía Michelin ha dejado varias estrellas en la capital vizcaína. Cerca de la ciudad, en Larrabetzu, se encuentra el único 3 estrellas de la zona, el afamado restaurante Azurmendi. Entre sus fogones, el joven creativo Eneko Atxa se encarga de mantener una calidad impecable en el producto y el servicio de este establecimiento.
Pero Bilbao es también una ciudad mundana en la que disfrutar de unos pintxos con la cuadrilla de amigos y perderse (o dejarse perder) por las empedradas calles del casco viejo. Después de un festín a base de txakolí, bacalao y guisos que parecen elaborados por la mano divina, los visitantes podrán seguir disfrutando de esta ciudad llena de contrastes.
1. Museo Guggenheim
El Guggenheim se ha convertido en los últimos años en uno de los emblemas visuales más reconocibles -si no el que más- de toda la ciudad, y es que este espectacular edificio situado junto a la ría de Bilbao llama inmediatamente la atención de todo el que pasa junto a él. Obra del arquitecto Frank O. Gehry, su revestimiento de titanio le otorga un gran carácter. En su interior podemos admirar prestigiosas colecciones de arte contemporáneo, en ocasiones prestadas por su museo homónimo de Nueva York.
2. El casco viejo
El casco viejo, a veces también conocido como Las Siete Calles, es la parte más antigua y con más solera de la ciudad de Bilbao, y se caracteriza por sus estrechas calles empedradas. A finales de los años 70 se peatonalizaron sus calles para convertir en este barrio en lo que es hoy en día: una más que agradable zona en la que perdernos a la hora de tomarnos unas copas o dedicarnos a la búsqueda del bar de tapas perfecto.
3. El Ensanche
En el barrio del Ensanche, conocido en parte por albergar la principal arteria comercial de la ciudad podemos encontrar un gran número de locales muy recomendables en los que saciar el apetito y degustar al mismo tiempo un buen trago. Entre sus mejores establecimientos cabe mencionar el Periflú, en la calle Ledesma, cuya sensacional tortilla atrae a un numeroso público. El Globo destaca, entre otras cosas, por su delicioso foie, y La Viña del Ensanche por sus tacos de bonito y su jamón, por citar dos de sus mejores especialidad.
Madrid (DiverXO)
En Madrid el restaurante de visita obligada es, sin duda, DiverXO, del joven y mediático chef David Muñoz, un local basado en la cocina fusión que recibe miles de solicitudes de reserva cada semana. Estamos ante un local que huye de los formalismos para ofrecer una experiencia bastante más desenfadada de a la que nos tienen acostumbrados los restaurantes considerados como ‘de lujo’, y es esto precisamente lo que convierte a DiverXO en uno de los templos culinarios más solicitados.
¿Qué mejor excusa para visitar Madrid que comer en uno de los mejores restaurantes del mundo? Además de probar las atrevidas propuestas de DiverXO no podemos dejar de disfrutar de algunos de los lugares imprescindibles de la capital:
1. Plaza Mayor
Sin duda la plaza más emblemática y con más solera de la capital española, en ella podemos encontrar establecimientos clásicos en los que degustar deliciosas tapas mientras nos tomamos una cerveza o un vaso de vino.
2. Mercado de San Miguel
El Mercado de San Miguel se ha convertido, tras su proceso de rehabilitación finalizado en 2009, en un hito de obligada visita para todo aquel visitante que busque degustar algunos de los mejores productos gastronómicos nacionales. Desde excelentes vinos y artesanas cervezas a pescado fresco de primera calidad o exquisitos jamones y quesos, este lugar da cabida a prácticamente cualquier tapa que podamos imaginar.
3. El Retiro
Situado en uno de los barrios más emblemáticos y señoriales de Madrid, el Retiro es un auténtico pulmón verde para la capital. Ideal para un paseo que nos distraiga por un buen rato del bullicio de la gran ciudad, este histórico recinto alberga un lago artificial -todo un símbolo madrileño- en el que podemos alquilar unas barquitas a remo y disfrutar de un momento de relax único. No podemos dejar también de admirar el precioso Palacio de Cristal, un edificio de ensueño que invita a ser fotografiado.
Barcelona: Lasarte y Sant Pau (Sant Pol de Mar)
A estas alturas no es ningún secreto que Barcelona es una de las principales capitales gastronómicas del mundo. A su tradición de cocina mediterránea de ciudad bañada por el mar se fue sumando en las últimas décadas una serie de maestros de la cocina que apostaron fuertemente por la fusión y la experimentación, aprovechando los productos de primera calidad de la región y presentándolos en formas extremadamente originales. Buena muestra de esta corriente gastronómica que fue atrayendo miles de turistas de todo el mundo fueron restaurantes como Àbac, Moments o Enigma, de los hermanos Adrià. En la actualidad, los locales de la provincia de Barcelona que cuentan con la prestigiosa distinción de tres estrellas Michelin son Lasarte, de Marín Berasategui y Sant Pau, en la localidad de Sant Pol de Mar. Si te gustaría visitar la ciudad condal para probar uno de estos increibles restaurantes te recomendamos que aproveches tu viaje para visitar otros hitos imprescindibles:
1. Parc Güell
Los amantes del modernismo disfrutarán como enanos con la visita a este parque obra del arquitecto Gaudí (por encargo del empresario Eusebi Güell) y situado en una de las laderas del Monte Carmelo. Concebido en un principio como urbanización, este espectacular -tanto por las vistas que ofrece sobre la ciudad como por lo original de su ornamentación- recinto es uno de los lugares más visitados y fotografiados de Barcelona.
2. Barrio Gótico
Un paseo por el Barrio Gótico es algo que no puede faltar en nuestra visita a la ciudad, y es que no hay nada como perderse por sus estrechas calles y admirar algunos de los edificios más antiguos y representativos de Barcelona. Un claro ejemplo arquitectónico de este periodo histórico es la Catedral, que data ni más ni menos que del siglo XIV.
3. El Tibidabo
Si lo que buscamos son unas vistas espectaculares de la ciudad tendremos que visitar sin falta el Monte Tibidabo. Allí encontraremos el parque que toma el nombre del mismo monte, además de un parque de atracciones que hará las delicias de grandes y pequeños. Los amantes de la arquitectura podrán, además, admirar el Templo del Sagrado Corazón, cuyo mirador es una auténtica maravilla.
Dénia: Quique Dacosta
Como buena población mediterránea, la cocina de Dénia ha estado íntimamente ligada a los productos del mar y al arroz. En toda la comarca encontramos restaurantes en los que la degustación de las diferentes especialidades arroceras se convierte en una experiencia única, un absoluto deleite para los sentidos. En los últimos años un nombre destaca por encima del resto, el del chef Quique Dacosta. Su restaurante homónimo es uno de los orgullosos poseedores de tres estrellas Michelin en nuestro país. Dacosta comenzó a darse a conocer fuera de la Comunidad Valenciana con su establecimiento Poblet, antecesor del actual, el cual fue rebautizado en 2009. Las creaciones de este restaurante son una verdadera delicia, destacando entre otros la gamba roja, producto estrella de la zona. Dénia se encuentra, además, en un enclave privilegiado, del que podemos destacar algunos lugares:
1. El castillo de Dénia
Una de las mejores vistas de la región la podemos disfrutar en el castillo. No sólo podremos admirar una vista panorámica sobre Dénia sino también sobre el Mediterráneo, pudiéndose incluso distinguir la isla de Ibiza en días de gran claridad.
2. El Montgó
Es imposible irse de Dénia sin haberse quedado uno impresionado con la vista que ofrece el imponente Montgó. Este monte destaca sobre la costa su contraste de altura con el litoral. Una buena excursión hasta la cima nos recompensará con un espectáculo visual único. El entorno fue declarado en 1987 parque natural, lo que nos da una idea de la riqueza ecológica del Montgó.
Girona: El Celler de Can Roca
Girona es, para muchos amantes de la cocina, una pequeña Meca dentro de nuestro país. El Celler de Can Roca, flamante poseedor de tres estrellas Michelin dota a la región de un gran prestigio culinario que se extiende hasta mucho más allá de nuestras fronteras. El establecimiento de los tres hermanos Roca abrió sus puertas a mediados de los años 80 y se mantiene como absoluta referencia gastronómica treinta años después gracias a sus brillantes experimentaciones con los sabores. Si tenemos la inmensa suerte de comer en el Celler de Can Roca podemos dar un paseo por Girona y admirar algunos de los lugares más increibles de la ciudad:
1. Casas colgantes
Un pequeño paseo junto al río Onyar inmediatamente nos desviará la vista hacia el conjunto de casas colgantes que se levantan sobre el borde del río, ofreciéndonos un llamativo espectaculo arquitectónico que no se ve en muchos otros sitios. El colorido de estas fachadas se ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles de Girona.
2. Rambla de la Llibertat
En Paralelo al río encontramos la Rambla de la Llibertat, una calle peatonal que destaca por sus soportales y por ser uno de los principales centros de comercio de la ciudad. Además de visitar sus numerosas tiendas no podemos perdernos algunos de sus edificios modernistas de gran valor arquitectónico.