Las tripas están empezando a sonar cuando nos rodeamos de los exquisitos olores característicos de la comida de París. Esto se hace especialmente evidente en el núcleo de Le Marais. Son muchos los restaurantes nuevos que empiezan a abrirse en las calles laterales de la Rue de Bretagne aportando aires frescos y una luz especial a la escena típica de una deliciosa comida en París.
Candelaria
Candelaria es un bar pequeño de tacos con un secreto. Empieza a ser cada vez más conocido por su comida Mexicana fresca y picante. El proyecto se inicia con la atención diligente, el estilo y el afecto de Adam y Carina Tsou, un equipo formado por un marido y una mujer de Connecticut, y su compañero Josh Fontaine.
Al entrar al sitio, la primera impresión que obtenemos es la de una escena simple, bien gestionada y limpia. Tras el mostrador de acero, un chef mexicano con pañuelo reparte los ingredientes frescos con soltura y gracia mientras disfruta contando un chiste a una señorita española de lo más bella.
El ambiente relajado de la cocina se hace notar y los comensales se apresuran a olvidar el lío que supone preparar tacos. Cada mañana, el chef mezcla los ingredientes que corresponden a la base y comprueba que el sabor de los tacos sea el esperado. Un hecho poco conocido es que tanto Francia como México inscribieron y proclamaron su gastronomía en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural de la UNESCO el mismo año por lo que podemos ver el patrimonio presente en estos platos. A medida que saboreas las delicias que se ofrecen uno va entendiendo por qué acudir aquí merece la pena mucho antes de recibir la cuenta.
El secreto de Candelaria es que tiene una puerta sin marca que se funde con las paredes encaladas. Como contraste a la sencillez minimalista del taco bar, destaca la colorida presentación típica de los cócteles. Tiene como cierto toque típico de la zona de Lower East Side de Manhattan con sus 300 bolas de cristal transportadas cuidadosamente desde Roma con el fin de proporcionar una luz cálida y tenue al mismo tiempo. Las paredes de piedra se alinean con alfombras de piel y con una obra de arte que refleja el alumbrado de la Ciudad. Con el murmullo de los expatriados estadounidenses de fondo, se escucha el tintineo de la coctelera que agita el personal en la barra para dar lugar a unos cócteles de lo más sorprendentes. Algo que caracteriza a Candelaria es que siempre resulta complicado encontrar sitio y es algo que en cierto modo irrita a algunos parisinos. Aun así, lo que está claro es que si ha conseguido que cada vez sean más personas las que acuden allí es porque la mayoría salen encantados.
La Candelaria
52 Rue de Saintonge,
75003, Paris
Nanashi
A la vuelta de la esquina nos encontramos con Nanashi “Bento Parisian”, un lugar que también está causando revuelo, tanto que se está especializando en comida japonesa, sana, fresca y con un toque parisino. El menú ofrece cajas bento de carne bourguigno, con apio fresco, semillas de hinojo y ensaladas de achicoria roja. Sin embargo, en este caso son los postres la revelación del restaurante. Desde tartas de queso a los típicos bizcochos victorianos preparados en la cocina que da a una ventana amplia con vistas al exterior. Aunque parezca un lugar propio de una super modelo he de admitir que los sabores son de una delicadeza y precisión típicos de una verdadera cocina japonesa.
Nanashi, Le Bento Parisien
57 Rue Charlot,
75003, Paris
Au Relais
Después de realizar la larga subida y casi peregrina de la Sacre Coeur, no hay mejor lugar para terminar el día que en Au Relais, un auténtico bistro francés. Si sigues las pequeñas calles empedradas hacia el norte y después las escaleras empinadas que abrazan la vertiente norte y más allá de la viña pintoresca se encuentre Au Relais en una esquina de la calle. En realidad encontré el restaurante de pura casualidad y lo que me hizo pararme en frente y pedir mesa fue el bonito patio repleto de árboles y la música de Lou Donaldson de fondo. El interior del restaurante parece una foto idéntica a un restaurante típico de un pueblo del sur de Francia. Los residentes suelen sentarse en el bar a disfrutar de las bebidas tradicionales francesas como el Dubonnet o Kirs mezclado con Chardonnay o Sauvingnon Blanc. Sin embargo, lo que caracteriza a este lugar en verdad es su comida. La chuleta de buey, acompañada de patatas asadas y un surtido de verduras de la temporada es un plato magnífico. El confit de pato, las ensaladas de pollo y las chuletas de cordero con pisto también resultan una excelente elección. La carta de postres ofrece una maravillosa clafoutis de pera, tarta típica de Francia, y un flan de chocolate. Es de esos restaurantes que una vez los descubres resulta difícil de olvidar y fácil de volver a repetir.
Au Relais
48 Rue Lamarck,
75018, Paris
Grazie
Grazie es un concepto de restaurante híbrido al norte de Marais que combina una menú de pizza tradicional y sin lujos con un bar de cócteles de lo más elegante. La decoración juega con un estilo y una estética típica de Nueva York, paredes con tonalidades irregulares y ciertos accesorios de carácter industrial. La idea original de Julien Cohen, que ha concebido otras ideas de restaurantes exitosos de cocina parisina, es que Grazie fuera el epítome del nuevo estilo parisino. La pizza es sin duda una de las mejores de París y, aunque vale la pena reservar una mesa si sois unos pocos, para captar todo el encanto del lugar la mejor idea es agruparse a lo largo de la barra del bar. Los camareros profesionales consiguen un resultado fascinante mezclando ginebra, miel y brebajes de pomelo rodeados de gente de lo más agradable de París.
Grazie
91 Boulevard Beaumarchais
75003, Paris
Ave Maria
Aparta las cortinas de la entrada del paso y descubre su interior poniendo en juego tus cinco sentidos. Entrar a Ave María, supone entrar a un restaurante nuevo brasileño en Oberkampf, un barrio del noreste de París. No sé cómo llegué aquí, pero por un momento pensé que había cruzado la frontera que delimita París. El personal, disfrazado de aquellos clásicos guerreros de los años 80, se encarga siempre de ofrecer mesa. Piñatas, banderas, arte oriental erótico, manteles a cuadros decoran el lugar. En algún momento empecé a escuchar algo que me resultaba familiar; los clásicos de Disney de “El libro de la selva”. Siempre resulta más agradable echarle un vistazo al menú con una sangría en la mano. Para cuando quise pedir mi pescado con patatas fritas, el bar se encuentraba repleto de gente. Mi comida llegó rápidamente y puedo decir, que solo por la pinta, prometía bastante. El plato no resultaba menos animado que el ambiente: pescado blanco, ensalada crujiente, un poco de “salsa exótica”, rodajas de melón y naranja, tomates y todo acompañado de patatas. En Londres siempre procuro evitar probar este tipo de patatas pero la verdad es que aquí consiguieron sorprenderme gratamente. En seguida acabé charlando con otro espíritu solitario parecido a Dustin Hoffman. Él y algunos de los otros comensales parecían algo incómodos por el entorno exuberante. Entonces es cuando pienso que un sitio así, es lo que París necesita.
Ave Maria
1 Rue Jacquard,
75011, Paris