La Costa Brava sigue siendo, a fuerza de merecimiento, uno de los destinos estrella del litoral mediterráneo. A pesar de las noticias relacionadas con el conocido como turismo barato que de vez en cuando empañan su imagen en los medios, lo cierto es que se trata de un lugar que nos brinda algunos de los parajes más privilegiados de nuestra geografÃa. El atractivo de la Costa Brava reside, principalmente, en incontables pueblos con encanto, cargados de riquezas, tanto arqueológicas como arquitectónicas, asà como salvajes playas de aguas cristalinas.
Cadaqués
Una auténtica joya del Mediterráneo, la ciudad de Dalà sigue siendo uno de los enclaves más emblemáticos de toda la Costa Brava. Su enclave privilegiado, a orillas del mar y protegido de toda una cadena montañosa que convierte sus accesos por carretera en todo un reto para el visitante, aunque el destino bien merece la pena. Perderse por sus callejuelas y descubrir sus increÃbles casas de estilo marinero resulta una experiencia inolvidable.
Calella de Palafrugell
Este pueblo pesquero es de esos que podrÃamos calificar ‘de postal’. Su pequeña pero encantadora playa atrae cada verano miles de visitantes, aunque Calella de Palafrugell mantiene su encanto intacto durante todo el año, y no sólo durante el perÃodo estival, en el que la población sufre un lógico proceso de masificación.
Tossa de Mar
A muy poca distancia de la localidad anterior se encuentra Tossa de Mar, la cual, lejos de ofrecer al turista simplemente una bonita playa, cuenta también con importantes restos medievales, los de la Villa Vella. Este recinto amurallado resulta todo un viaje en el tiempo para el que lo contempla, y su privilegiado emplazamiento, junto a la misma costa, resulta un escenario de lo más romántico.
S’Alguer
La Cala de S’Alguer es un pequeño rincón, a menudo ignorado por el turista, que desprende un encanto especial. Se trata de un minúsculo reducto pesquero que cautiva a todo aquel que se decide a aventurarse por este paraje. Además del disfrute de esta playa tan especial, el Castillo de Sant Esteve se puede visitar a tan sólo diez minutos caminando desde aquÃ.
Pals
Este pueblo medieval es toda una delicia para el paseante. Al igual que ocurre en Cadaqués, lo mejor de Pals es perderse por sus calles y pararse a descansar en alguno de sus bares y terrazas, aunque el atractivo de Pals no reside únicamente en su núcelo urbano. De hecho, sus alrededores, plagados de arrozales constituyen un bello paisaje, además de ser el lugar de origen del famoso arrós a la cassola (elaborado con la variedad ‘bomba’) que no deberÃamos dejar de desgustar si pasamos por la zona.
Lloret de Mar
A pesar de los recelos que puede provocar a más de uno esta localidad, a causa de cierta reputación de destino turÃstico unido a la ingesta de alcohol y el desmadre adolescente, lo cierto es que Lloret de Mar tiene bastante que ofrecer al turista. Incluso aquellos que sólo buscan relajarse junto al mar y disfrutar de unos dÃas de playa pueden hallar aquà un destino apetecible. Mención especial merece la playa de Fenals, que se extiende a los pies de la ermita neoclásica de Sata Cristina, asà como los jardines de Santa Clotilde. Incluso si lo que se busca es algo más que playa y piscina una opción más que recomendable serÃa una visita a la Iglesia de Sant Romà , una joya modernista que despierta la curiosidad de todo aquél que pasa junto a ella. Otro lugar solemne de Lloret en el que encontramos elementos modernistas es el cementerio, todo un tesoro oculto de la ciudad.
Begur
Las de Begur son unas de las calas más bellas y, por tanto, más concurridas de toda la Costa Brava. La claridad y el color de sus aguas atrae a un gran número de veraneantes, con lo que tendremos que estar alerta si queremos hacernos con un hueco en su playa. Hemos de tener también en cuenta que lo poco accesible del lugar hace que este rincón no sea el más recomendable para aquellos que viajen con niños pequeños. No obstante, si se quiere disfrutar de un pedazo de costa idÃlico, Begur es el lugar adecuado.
L’Escala
Este pueblo de pescadores representa, quizás, una opción algo más diferenciada de los destinos anteriormente citados, por tratarse de una localidad ligeramente menos masificada en los meses de verano. Asà y todo, L’Escala es todo un paraÃso para el veraneante; especialmente para aquellos que buscan un poco más de recogimiento que en otros puntos costeros de Cataluña. En este sentido, podrÃamos destacar Sant Martà d’Empúries como su parte más tranquila y apacible, y si lo que queremos es disfrutar de la exquisita gastronomÃa de la zona, L’Escala alberga más de un restaurante de los que hacen volver al visitante.
La Costa Brava es, en definitiva, una zona que ofrece algunos de los rincones más exclusivos del Mediterráneo. Y por si ello fuera poco, es también el hogar de una de las áreas gastronómicas con más prestigio de toda Europa, con lo que, verano tras verano, no deja de recibir veraneantes de todo el mundo.
FotografÃa de cabecera de Cristina Clara (adaptación)