La ciudad de Valencia cuenta con una oferta cultural y de ocio que va mucho más allá de los clásicos de las guÃas turÃsticas, como el Museo de las Ciencias PrÃncipe Felipe o el Oceanogrà fic, cuya espectacularidad visual atrae miles de visitantes. Si nos preguntamos qué ver o hacer en Valencia que se salga un poco de los circuitos turistas tradicionales lo cierto es que existen ciertos tesoros escondidos que, no por gozar de una menor fama, especialmente en lo que se refiere al visitante extranjero, podemos dejar de recomendar, gracias a su encanto o su exclusividad.
(Foto de cabecera por Antonio Tajuelo)
Una ciudad para recorrer en bicicleta
Antes de nada, hemos de saber que Valencia es una de las mejores ciudades de Europa para recorrer en bicicleta. La ciudad disfruta de un servicio público de alquiler de bicicletas, ValenBisi, que cuenta con la friolera de más de 100.000 usuarios. Este hecho ha contribuido a que los niveles de polución se hayan reducido de forma considerable. Algunos motivos que explican el éxito de este modelo de transporte público son el buen clima reinante durante la mayor parte del año y la ausencia total de desniveles en las calles de la ciudad. El extensÃsimo corredor que supone el parque del antiguo cauce del Turia, perfectamente habilitado para la circulación de bicis, facilita a los ciclistas recorrer gran parte de la ciudad sin necesidad de toparse con coches o semáforos.
Una reserva natural junto a la ciudad
Situado a apenas a diez kilómetros del centro de la ciudad, el paraje de El Saler constituye una válvula de escape para muchos valencianos que, buscando tanto sus frondosos bosques como sus solitarias dunas y playas, acuden a pasear sus perros o a tomar el sol. La simple posibilidad de encontrarse con la calma de un espacio natural protegido a escasos diez minutos en coche de la ciudad es un lujo que, sin embargo, permanece todavÃa desconocido incluso para muchos locales. En las inmediaciones de El Saler puede degustarse, además, la paella valenciana más genuina que se conoce, la elaborada con el arroz de los campos próximos al lago de La Albufera. Este humedal, uno de los lagos naturales más grandes de España, ofrece cobijo a incontables especies de aves, como flamencos y garzas, asà como a diferentes peces y galápagos autóctonos protegidos. La vecina pedanÃa de El Palmar, fielmente retratada en las novelas de Vicente Blasco Ibánez, es uno de los lugares que mejor encarna este ambiente tradicional valenciano, caracterizado por la barraca como construcción más representativa y por un paisaje, el de las plantaciones arroceras, que en esta zona se extienden hasta confundirse con el horizonte. Para llegar hasta el embarcadero de la Albufera o el Palmar existe la posibilidad de utilizar la lÃnea 25 de autobuses municipales.
Gulliver convertido en toboganes
El Parque Gulliver, que estos dÃas celebra su 25° aniversario, es un lugar que los viajeros con niños no deberÃan dejar de visitar, tanto por su originalidad y posibilidades de diversión como por ser gratuito. Situado en el antiguo cauce del Turia, a escasa distancia de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, se trata de una enorme estructura que representa a un gigantesco Gulliver echado sobre la arena, ofreciendo sus ropajes, cabeza, extremidades, etc. como un laberÃntico complejo de toboganes en el que jóvenes y no tan jóvenes encuentran un refugio de diversión muy alejado de lo convencional.
Oferta gastronómica para todos los gustos
Si de lo que hablamos es de restaurantes y gastronomÃa, Valencia cuenta con una oferta muy potente, tanto en lo que se refiere a locales de vanguardia regentados por algunos de los más prestigiosos chefs del momento como en cuanto a restaurantes tradicionales, casi centenarios, cuyas cocinas llevan varias generaciones preparando paellas a la leña para el público y visitantes más distinguidos de la ciudad:
- Bistro Canalla (Maestro José Serrano, 5)
Tal y como su nombre deja entrever, estamos ante un restaurante enfocado a un público joven y admirador de la cocina creativa. El espÃritu de Canalla Bistro es el de la comida callejera, alegre y algo transgresora, encabezado por la dirección de Ricard Camarena. - Vuelve Carolina (Correos, 8)
Regentado por el célebre chef local Quique Dacosta, este local también destaca por su aire desenfadado a la hora de presentar su oferta gastronómica, enfocada en las tapas. - Casa Roberto (Maestro Gozalbo, 19)
Alejado de las zonas de la ciudad más tradicionalmente asociadas a la elaboración de la paella más auténtica, como las playas de La Malvarrosa o El Cabanyal, Casa Roberto es un pequeño y céntrico restaurante del barrio de L’Eixample en el que, aún sin poder disfrutar de unas privilegiadas vistas al mar, podremos degustar una de las paellas con mejor reputación de Valencia. - Alma del Temple (Almirante, 14)
Sin duda, uno de los restaurantes con más encanto de Valencia, en su interior puede admirarse, además, parte de la antigua muralla árabe de la ciudad. Comida mediterránea es lo que espera al visitante de este local, cuya decoración es sencillamente exquisita. - La Lonja del Pescado Frito (Eugenia Viñes, 243)
Este restaurante, a diferencia de los anteriores, ofrece un ambiente más relajado y popular. Destaca por su excelente género en cuanto a pescados y mariscos, y se encuentra ubicado en un antiguo frontón al que se le han acabado añadiendo motivos pesqueros. Ideal para tapear en uno de los barrios marineros de Valencia.
Jardines de Monforte
Estos jardines, cuyo origen se remonta al siglo XIX, son de corte neoclásico y están presididos por un bello palacete en este mismo estilo. Abiertos solo durante el dÃa, constituyen un agradable refugio para aquellos que buscan un poco de paz en mitad del bullicio de la ciudad. Ya sea para pasear, sentarse a leer un libro o realizar reportajes fotográficos de recién casados, se trata de un lugar con un encanto especial. Cuenta con diversas esculturas, fuentes y un estanque en el que se esconden diferentes peces y hasta alguna tortuga. Un lugar muy a tener en cuenta si nos preguntamos qué ver en Valencia.
Sala de baños del siglo XIII
Los conocidos como Baños del Almirante albergan una sala de baños públicos de origen mudéjar que se remontan al siglo XIII. Pueden ser admirados de martes a domingo de 11:00 a 14:00 (la visita guiada tiene una duración de 30 minutos) y en ellos se puede descubrir el rol social que cumplÃan este tipo de establecimientos a lo largo de la historia. Estos en concreto siguieron en funcionamiento hasta 1959, cesando su actividad desde entonces y convirtiéndose en un lugar que muchos valencianos ni siquiera conocen.