Alquileres y casas de vacaciones Cagnes-sur-Mer

Cagnes-sur-Mer es un destino vacacional estupendo en la costa azul francesa, que encandila a sus turistas gracias a sus veranos cálidos y a sus inviernos de temperaturas suaves. Cagnes-sur-Mer ofrece alojamiento para todos los gustos y bolsillos. Tanto los viajeros en solitario y las parejas como los grandes grupos familiares y de amigos encontrarán aquí el alojamiento perfecto. Gran cantidad de las casas y apartamentos de la comuna tienen piscina y terraza, algo perfecto para darse un chapuzón de vez en cuando, comer al aire libre y pasar grandes momentos juntos en la propiedad. Son especialmente populares los alojamientos al lado de la costa, ya que los visitantes de Cagnes-sur-Mer suelen ir en busca de unas relajantes vacaciones de playa. Hay todo tipo de servicios en estos núcleos turísticos junto al mar (supermercados, tiendas, restaurantes...), con lo que los huéspedes lo tendrán todo a mano. Los apartamentos más alejados de la costa ofrecen unas vacaciones más tranquilas, pero no quedan lejos de las playas.

Los turistas buscan en Cagnes-sur-Mer un destino lleno de tranquilidad y de brisa marina, perfecto para relajarse. El paseo marítimo siempre es muy animado y tanto turistas como autóctonos lo aprovechan al máximo caminando, patinando, montando en bicicleta o haciendo footing al atardecer. En el paseo se celebran distintos festivales verano, como la "Fête de la Saint-Pierre et de la Mer". Esta zona no sólo tiene estupendas playas, sino que se distingue por sus spas y sus centros de talasoterapia. No hay que perderse la visita a Haut de Cagnes, donde los visitantes sentirán que han hecho un viaje al pasado, porque se trata de un antiguo pueblo medieval en lo alto de la colina con calzadas romanas, casas floreadas, antiguos edificios religiosos y el castillo Grimaldi, del siglo XIV y hoy en día con exposiciones de arte contemporáneo. Los amantes del arte tampoco se puede perder la casa de Renoir, con algunas de las obras que realizó el artista en Cagnes-sur-Mer.

Las visitas a Francia no se pueden considerar del todo completas sin disfrutar de su excelente gastronomía. En Cagnes-sur-Mer hay infinidad de restaurantes donde probar las delicias de la zona. La comida de Cagnes-sur-Mer está fuertemente influenciada por su situación geográfica en la Costa Azul, con un carácter mediterráneo y el uso habitual del marisco y el pescado. Por ejemplo, uno de sus platos más destacados es la bullabesa, que consiste en una sopa con cuatro pescados (por lo menos), ajo, cebolla, croutons, azafrán, tomate y diversas hierbas. También es muy apreciada la sopa daube, hecha con ternera, vino tinto, verduras y ajo y servida con polenta o pasta, por influencia italiana. Asimismo, hay ingredientes de influencia catalana, como el alioli. Las bebidas más destacadas son el vino y el famoso pastis, de habitual consumo a la hora del aperitivo y con sabor muy fuerte, ya que se trata de licor de anís.

A Cagnes-sur-Mer llegan muchos visitantes de toda Europa, que suelen optar por el avión, aunque muchos también deciden usar el coche. Resulta sencillísimo llegar por aire si se aterriza en el aeropuerto internacional de Nice-Côte d'Azur, ya que queda a menos de 10 kilómetros de Cagnes-sur-Mer, con lo que este destino es una buena opción para pasar una estancia corta, porque apenas si se malgasta tiempo de transporte para llegar al alojamiento. Por otro lado, quienes opten por llegar en coche deberán tomar la autopista francesa A8, comúnmente conocida como la “autopista del sol”, que tiene una salida directamente en Cagnes-sur-Mer. La conducción desde Barcelona es de poco más de 6 horas, se atraviesan paisajes bellísimos y es posible hacer paradas en diferentes lugares de gran interés turístico. Una opción muy habitual especialmente entre los franceses es la llegada en tren: la estación de Cagnes-sur-Mer ofrece servicios locales, regionales y nacionales.