Alquileres y casas de vacaciones Canet-en-Roussillon

Canet-en-Roussillon ofrece distintos tipos de alojamiento adecuados para el número de huéspedes y para todos los bolsillos. Hay gran cantidad de apartamentos y casas muy cerca de la playa y la mayoría de ellos tienen piscina, con lo que es perfecto para darse un chapuzón en cualquier momento o para las familias con niños, que los tendrán controlados sin salir de la propiedad. Las zonas costeras más solicitadas son las playas y el puerto, debido a que son muy animadas y a la gran variedad de actividades y deportes de agua que ofrecen a los visitantes. En total hay 8 playas, con rangos de precios que varían ligeramente de unas a otras. Los visitantes que prefieran huir un poco de la civilización, podrán alojarse más en el interior y gozar de una estancia más tranquila. Aun sin estar justo en primera línea de playa, se llega muy rápidamente al mar desde las partes más interiores de la comuna.

Las 8 playas de Canet-en-Roussillon ocupan 9 kilómetros de costa y ofrecen muchas oportunidades de ocio. Por supuesto, muchos elegirán pasar unas vacaciones de playa tirados a la bartola sobre la toalla, refrescándose con el agua salada de vez en cuando. Además, existe la posibilidad de realizar muchas actividades acuáticas, como vela, moto de agua, catamarán, kitesurf, volley playa… En los alrededores de la laguna de Canet-Saint-Nazaire, con más de 250 especies de aves migratorias cada año, se pueden dar buenos paseos y caminar por rutas de senderismo. En la zona del pueblo de pescadores hay cada verano una exposición sobre la fauna y la flora de la región. Con calles del siglo XVII y una iglesia gótica del XIV, el paseo por el casco antiguo de Canet-en-Roussillon, antiguamente fortificado, también es una maravilla. A los amantes de la historia les encantará en castillo vizcondal, del siglo XI. La comuna es muy animada, con eventos culturales durante todo el año.

Comer en Canet-en-Roussillon es todo un placer para los sentidos. Además de los rasgos más típicos franceses, la personalidad de su gastronomía está fuertemente marcada por la influencia catalana, dando como resultado verdaderos manjares. La bullinida es un plato tradicional de pescadores y, con grandes similitudes con la bullabesa, y consiste en la combinación de anguilas, patatas, queso, pimienta y ajo. Algunos ingredientes habituales en la cocina de la zona son las anchoas de Collioure, las alcachofas violetas de Roussillon, las cebollas de Toulouges y los caracoles. En cuanto a los postres, destacan las cocas catalanas, el albaricoque dulce de Roussillon, los buynetes (una pasta frita) y la crema catalana. Por otra parte, la vida nocturna es animada, con un gran número de restaurantes para disfrutar de las especialidades locales y bares y discotecas para tomar algo y bailar toda la noche.

Se puede llegar a Canet-en-Roussillon en poco tiempo desde el norte de España. Desde Barcelona, se llega en coche por la AP7 o en transporte público en 4 horas y 45 minutos. El trayecto desde San Sebastián es de 5 horas y se atraviesa todo el maravilloso sur de Francia. También se puede llegar en avión al aeropuerto de Perpiñán-Rivesaltes, a tan solo 15 kilómetros. Desde Perpiñán, basta con tomar el autobús número 6 para llegar a Canet-en-Roussillon. Para desplazarse por la comuna, hay autobuses, además de un tren que circula entre mayo y octubre. Canet-en-Roussillon está bien acondicionado para ir en bicicleta de un lado para otro, con kilómetros de carriles bici. Se pueden hacer excursiones de un día a varios lugares de gran interés, como, Punta de l’Ocell, ese mágico lugar donde los Pirineos y el Mediterráneo se encuentran, a una hora.