Alquileres y casas de vacaciones en Melbourne

En el centro de Melbourne, conocido como Central Business District o CBD (el distrito central de negocios), se encuentra la mayoría de las instituciones y es muy popular entre los turistas que llegan a la ciudad por primera vez. Se construyó sobre todo durante la época de la Fiebre del oro de Victoria, que ocurrió durante el siglo XIX, y que dejó como legado grandes edificios y galerías de estilo victoriano, con un toque ciertamente europeo, en consecuencia. Carlton y Fitzroy están al norte del centro de la ciudad y rebosan de bares modernitos, cafés, tiendas y eventos. Esta es la zona perfecta para quienes tengan interés por la música y el arte melburnianos. Un poquito más al norte se encuentra Brunswick, con un ambiente muy similar al de Carlton y Fitzroy, pero algo más calmado y, desde luego, más barato. Quienes busquen aún más tranquilidad, se pueden quedar en una casa de campo para disfrutar del entorno natural, pero a la vez estar a tiro de piedra de las atracciones turísticas de la ciudad, gracias a un buen servicio de tranvías. Para disfrutar de un ambiente más marino, lo mejor es elegir una zona en el sureste del centro, como St Kilda, Prahran o Toorak, estas dos últimas más caras, pero con buenos lugares para cenar.

No hay mejor forma de empezar el día que con un buen desayuno gourmet el mercado de Queen Victoria, en el CBD. Se trata de muchos puestos de comida, en los que la arquitectura tradicional y la espectacular gastronomía encandilan tanto a turistas como a autóctonos. Después se puede caminar hasta el centro de la ciudad, disfrutando de las famosas galerías comerciales de Melbourne. Los visitantes podrán disfrutar de un café de estilo italiano mientras pasean por estas galerías estrechas y contemplan los graffitis y murales que ocupan las paredes. En la llamativa plaza de la Federación, de estilo postmoderno, también podrás disfrutar de la Galería Nacional de Victoria y del centro australiano de la imagen en movimiento. Para relajarse por la tarde, los mejores sitios son el parque Luna, en St Kilda, donde se puede nadar, y Prahan, para dar un paseo tranquilo por la calle Chapel. Se puede disfrutar de un buen atardecer en Fitzroy, perfecto para disfrutar de una cena italiana, unas tapas o una comida de autor australiana. Para acabar el día, se pueden aprovechar los bares modernos de la calle Brunswick para tomar una copa.

Melbourne es una de las ciudades más multiculturales del planeta, con grandes comunidades migrantes de todos los rincones del mundo, desde Grecia e Italia, hasta Vietnam, China e India. Precisamente por ello, las opciones culinarias son amplísimas. En el CBD, es recomendable ir al distrito griego o al barrio chino y después tomarse una copa en uno de los pequeños bares que están tan de moda. La primera pizzería que se abrió en el país está en la calle Lygon, en Carlton, y la gastronomía australiana más refinada y moderna se puede degustar en Prahran. El mercado de Queen Victoria, en el CBD, es un lugar perfecto para disfrutar de comidas ligeras o comprar productos gourmet. Los melburnianos tienen un café excelentes desde que los migrantes italianos lo introdujeran en el país durante la postguerra, con un desarrollo de la cultura cafetera mucho más marcado en los últimos 20 años. Toda la ciudad de Melbourne está llena de cafeterías de calidad donde disfrutar de excelentes desayunos. Uno de los pasatiempos favoritos de los autóctonos es comer en restaurantes los fines de semanas, así que hay que prever aglomeraciones.

El aeropuerto principal de Melbourne, Tullamarine, está en el norte de la ciudad, a 22 kilómetros de centro de la ciudad. Hay servicios de autobuses para llegar al centro desde el aeropuerto, con una frecuencia de 10 minutos y un trayecto de 20. Melbourne tiene una de las mejores redes de transporte público de Australia. La red de tranvías de la ciudad es la última que queda en todo el país, pero no sólo es encantadora, sino que también muy eficiente a la hora de moverse por Melbourne. Además, hay un servicio gratuito en todo el CDB, con lo que se convierte en la mejor forma de ver las atracciones principales de un modo rápido. Para usar todos los transportes, lo mejor es comprar una tarjeta recargable (MYKI) en una estación o una tienda habilitada, que hay que validar al entrar y salir de autobuses, tranvías y trenes. Otra manera de moverse por la ciudad es la bicicleta, cada vez más popular, ya que el terreno es muy plano y los conductores muy respetuosos.