Montpellier es una de las ciudades más activas de Francia, con una gran variedad de restaurantes locales, nacionales e internacionales. Es casi obligatorio dar un paseo nocturno por las calles del centro e impregnarse del ambiente de la ciudad. La calle Rebuffy, por ejemplo, cuenta con un gran número de bares, entre los que destaca el que tiene el mismo nombre que la vía, donde se acumula la gente que quiere disfrutar de la terraza, sobre todo en los días de sol.
Al estar tan cerca de España, Montpellier ofrece un montón de bares de tapas, cuya calidad es excelente. Sin duda, también hay que probar el delicioso vino, que sirve como acompañamiento ideal para los pinchos.
El plato más típico de la ciudad es la cassolette, especialmente las especialidades de marisco y de cabra. También destacan las brochetas y, por supuesto, las crepes.
Los dulces de la ciudad son irresistibles y de buena calidad en cualquier pastelería.